Ayer volví recoger todas las piedras que encontraba en mi camino
Unas grandes, unas medianas y otras pequeñas
Pase todo el día esperando a que se hiciera de noche para salir a tu encuentro
Y ahí estabas, como todas las noches, colgada en tu altar
Sin más empecé a lanzarte las piedras, una a una
Con mas fuerza que convicción
Con más rabia que ganas
Con más dolor que resignación
Pero fue en vano, ni una de de las piedras llego a tocarte siquiera
No fui capaz de derribarte y acabar con la luz de mis noches
La misma distancia que nos separa me impide el olvidarte
No pude apagar tu luz, solo las nubes te esconden
Pero no me hacen caso...
No saben lo que sufro siendo sol y no ser quien te ilumine.
